viernes, 1 de febrero de 2013

Aqui.

Últimamente me he estado preguntando el sentido de escribir acá. ¿Por qué no lo hago en un cuaderno donde sólo yo pueda leer? No tengo intención de que nadie lea esto y la verdad, me angustia un poco pensar que alguna vez alguien llegue hasta este espacio y considere con demasiada literalidad mis palabras.

En general escribo muy desde el "estomago". A veces uso metáforas para referirme a cuestiones que me cuesta expresar y otras veces exagero la emoción, lo que me permite sentir que el desahogo es mayor.

Siento la necesidad de explicar esto cada cierto tiempo, porque no quiero que quien llegue acá, ya sea por error o por algún desliz histérico de mi parte, comprenda que lo que lee aquí, debe tomarlo como cualquier otro texto literario y considerar sus conclusiones como hipótesis posibles.

Y bueno, últimamente he estado pensando mucho más que esas aclaraciones: Hace poco asumí que he sido bastante intransigente conmigo este último año y que en estos momentos eso me está pasando la cuenta. Si bien tengo un ciclo depresivo bien marcado, que convive bastante tranquilamente con mi funcionamiento normal, he pasado por muchos quiebres y cambios repentinos que me desarmaron y lastimaron en varios niveles.

Digo que he sido intransigente, porque seguí adelante ignorando lo que me pasaba y lo mucho que iba cargando pedacitos de mi con cada paso; y porque de alguna manera iba actuando desde la fragilidad y la ceguera, siendo y haciendo cosas que no coinciden con quien me identifico.

Siento que hice mucho mal.

Por lo mismo necesito plasmar así de concretamente las cosas (tanto como me es posible), para unir los fragmentos de lucidez y darle algo de sentido, forma y proyección a toda esta historia.

Incluso ahora que lo menciono, ni siquiera necesito comprender la imagen completa, si no lo que alcanzo a vislumbrar que aun hoy se mantiene vigente y puede estar afectando la forma en la que vivo: mi mundo interno y mis relaciones, principalmente.

Quizás abarque mucho más y no sólo la "multicrisis" 2012. La verdad no lo sé.

Y claro, este ejercicio racional no hará mas que armar un esquema en mi cabeza que me permita comprender y tratar de actuar desde ahí en el futuro, pero poco puede hacer por desahogar mi pecho: de eso se encargan las divagaciones.

A veces quisiera gritar y sacar fuera esta especie de bola de nieve que llevo dentro; y en otras, se convierte en un gran vacío oscuro, que me hace perder el sentido.

Es una sensación muy infantil de protección - esto de gritar, me refiero. Porque ni siquiera soy capaz de hacerme cargo de lo que sale de mi boca (o de mis manos, si es el caso) y aceptar una mano o lo que venga del exterior. Estoy tan replegada en mi, que me asusto y retrocedo: negándolo, riéndome... de alguna manera que me permita desviar la atención. Me pregunto si hago eso también ahora o cuando algo me duele. Pienso que quizás esto de ahogarme y sentirlo todo como una enorme montaña no es mas que una defensa más que me impide enfrentar directamente lo que ocurre. Rodeo, niego, fantaseo. Suena coherente.

Y hay cosas que no consigo mirar, ni siquiera rodeándolas. Es tan doloroso saber que existen o, mas bien, que hay un espacio en mi que está cargado de una energía sin forma que a ratos me susurra al oído.

Estoy asustada. Forzándome a tomar las cosas con mesura, tragándome la tristeza, rabia y desesperanza para dar un paso más. Si llego a salir de mi línea de control, me desarmo y tiño todo con la turbiedad de mis emociones.

A veces desearía tener la fuerza para dejar de existir. Dejar de ampararme en el imaginario de que es una salida posible y tomarla, sin que nada mas importe. Y muchas veces fue así, nada me importaba, ni siquiera la muerte misma. ¿Por qué, incluso entonces, tenía control sobre mi y no lo tengo hoy con detalles tan nimios?

¿Por qué no puedo protegerme y tomar la distancia necesaria que me permita no salir lastimada en cada paso que doy? Tengo miedo todo el tiempo, dudo de mi y mis decisiones, de mis palabras. Y todo duele demasiado, como si el mundo estuviera cubierto de espinas y me hiciera pequeñas heridas cada vez.

Siento que soy como un virus. Una mutación de la mierda que fui en un mal momento, donde dando lo mejor de mi, resultó en lo peor... ¿Qué puedo esperad ahora? ¿Que confianza puedo tener en qué? Siempre he creído que lastimo a los que se acercan y la vida no ha hecho mas que demostrarme, que entre mas cerca, mas dañados salen.

Y entiendo que no son mas que mis rasgos narcisistas los que me llevan a pensar de esa manera, como si el mundo girara en mi contra, como si la única y gran responsable acá fuera yo. Pero pucha que duele ver a las personas que mas me han importado en la vida, siendo pasadas a llevar por mis malas decisiones.

Me siento responsable. No culpable, responsable. Siento que muchas veces tomé decisiones estando consciente de lo que hacia, incrédula de las consecuencias, pero las intuía de alguna manera. ¿Por qué no puedo controlarme? ¿Por qué no consigo proteger nada..? Ni siquiera yo soy capaz de quitarme de la línea de fuego.

Estoy cansada. Mas tranquila, pero cansada al fin. Tengo la sensación de que me tragué una bomba de tiempo, que ha ido dando pequeñas descargas en el tiempo, pero que su poder destructivo no ha sido liberado aun. Y me asusta.

1 comentario:

Sikanda dijo...

Pues te encontré, había perdido tu blog pero en la red nadie se me esconde, muehehehehe :D

Besos