sábado, 8 de junio de 2013

Running away

Si estoy huyendo de algo
¿por qué soy tan idiota de volver a mirarlo de frente cuando más vulnerable soy?
Por más que corro sigue ahí

Siento que he estado corriendo, huyendo de las miles de voces en mi cabeza que me piden que las escuche. A veces consiguen susurrar quedamente en mi oído y yo sólo sigo, como si tuviera un objetivo en mente: ir hacia adelante.

A veces me detengo y las observo, las oigo, mas no las escucho. No sé quiénes son, ni de dónde provengan. Sólo distingo masas informes que luchan por contener sentido.

Y no lo tienen, al menos no para mí. Yo solamente me cargo de ellas, las subo a mi mochila y las hago mis compañeras. Sé que están, sé que siguen ahí y que yo sigo corriendo, hasta que algo me hace detener mis pasos y caer de rodillas por todo el peso que cargo.

No puedo simplemente dejarlas. Sé que sus voces necesitan ser escuchadas y que tan sólo necesito entender su lenguaje; pero entre más las miro y más me acerco, más asustada estoy y más rápido corro.

Mis sombras. Mi pasado. Todo lo que no alcancé a entender y simplemente viví sin vivirlo, sólo para seguir adelante. Todas las lágrimas que no derramé, toda la entereza que aparenté tener cuando más necesitaba ser cuidada.

Ahora no sé cómo serlo. No sé cómo tomar ese rol que tanto necesito. No sé cómo no tener miedo de ser tan pesada, de ser tan carga, que quien se acerque no salga lastimado o se aburra y me abandone.

Corro del compromiso, conmigo misma, con mi coherencia... Huyo de mis propias huellas que creo estar marcando en la arena con paso cansino. Sólo voy hacia adelante porque es lo único que conozco y me angustio si ese futuro que voy improvisando no toma la forma que necesito para continuar sin cuestionarme el siguiente paso.

La verdad es que tengo miedo. Estoy aterrada. Me siento sola, pero no porque no tenga amigos o porque sienta que no tenga manos de las que agarrarme si me caigo. Me siento sola conmigo, con mi esencia. No sé quién soy. No conozco mis límites. No sé por qué estoy sufriendo con tanta fuerza. Ni sé por qué busco la muerte con tanta desesperación.

He llegado un punto en que todas las certezas que tuve alguna vez se hicieron añicos y hoy no significan nada.

Hoy volví al punto donde conocí a V. Caminé sin rumbo y de pronto recordé que por esas calles compartimos nuestras almas, que por esos rincones me sentía segura de su mano y me sentí niña, como tantas otras veces. Me imaginaba dando pequeños saltitos de felicidad, sonriendo y esperando la aprobación para el siguiente paso.

No puedo ser adulta sin haber sido niña. No pude ser niña, porque fui adulta. ¿Cómo resuelvo esto? ¿Cómo soy mi propia cuidadora si estoy tan llena de miedos, si estoy tan identificada con la niña?

Sigo sintiendo que soy una carga, que soy, como dijo alguien por ahí, de aquellos con "complejo de puercoespín". Estoy paralizada y lo único que necesito más que nada es que alguien me saque de aquí. Así tan egoísta como suena.

Siempre he creído que puedo sola, siempre he podido sola... No confío en mí esta vez.

1 comentario:

Anónimo dijo...

hay personas que nos acostumbramos a eso que se llama sufrir sentimos que nada ni nadie nos merece por ser tan idiotas de creer que haremos más daño aún. Pero sabes ? llega un punto en el que hay que detenerse y mirar atrás y darse que cuenta que eso que fue ya no volverá, miles de veces he caminado por ahí igual que tú y no puedo evitar quebrar en llanto por esos lugares que albergaron tanto en su momento supongo que son fantasmas con los que hay que vivir... tenía la vida ideal un departamento un trabajo excepcional una mujer que me amaba y de la noche a la mañana me bi envuelto en la oscuridad eterna de tener que cargar con culpas de un pasado que persigue. Perdí todo me vi encerrado en mi habitación durante 3 meses donde el alcohol era mi compañía para olvidar lo que me torturaba mi mente deje lo que más amaba mi música mi guitarra apague mi voz para siempre llegué al limite en donde casi llegué a la muerte por no comer sólo bebia perdi mi carrera mi vida entera todo esto te lo doy como ejemplo a lo que nos guía el dolor eterno hoy miro atrás y me da fuerzas para no ver a eso se que existe algo mejor algo por que vivir algo porque nacer todos los días sólo basta con abrir la ventana por la mañana y regalarle la mejor sonrisa al mundo... no decaigas en tú lucha que mucho aún vamos sigue adelante que allá a fuera puede haber alguien que este peor que tú y necesite de ti para continuar ...